Veneramos a San José como modelo de respuesta a la vocación, como patrón, custodio y guía de nuestros queridos seminarios. De él “aprendió” nada menos que el Hijo de Dios la confianza total que le lleva, guiado por la llamada del Padre que le ama, a dedicar su ser entero a la obra del Reino de Dios. ¿Por qué no podemos imaginar que alguna vez José le confiaría a Jesús la historia de su vocación, cómo escuchó la llamada de Dios, su miedo ante la responsabilidad, su confianza y decisión?
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