"Si el Carmelo tiene la gloria del Culto Josefino, es por el incremento que le dio Santa Teresa, continuado por sus hijas e hijos, quienes proclaman gozosos con su Sta Madre: " San Jose es mi verdadero padre y señor". Por ello es protector especialisimo del Carmelo Teresiano desde sus origenes"



jueves, 23 de diciembre de 2010

El nacimiento de Jesús


Después que María y José habían llegado a Belén, María dió a luz a su bebé en un humilde pesebre de paja, en un establo junto a los animales.
Este lugar era lo único que ellos habían podido conseguir durante su estadía en Belén. No eran personas que poseían riquezas materiales. Pero tenían la enorme responsabilidad y el honor de criar y educar al hijo de Dios.

El calor de María, unas pobres mantas y su humilde cunita hecha de paja lo abrigaban.
En ese mismo instante, muy cerca de allí, un grupo de pastores descanzaban con sus rebaños de ovejas. Los pastores de ovejas en las noches estrelladas solían agruparse entre ellos para conversar y protegerse entre sí de los lobos y ladrones que acechaban por la zona.

Estando todos reunidos de pronto vieron una luz intensa los sorprendió, ellos tuvieron muchísimo miedo.
La luz que los encandiló era un ángel que se acercó a ellos y les dijo que no temieran y les contó que el Mesías había nacido. También les explicó como llegar hasta el establo donde Jesús estaba y de qué manera encontrarían al niñito.

Miles de ángeles celestiales cantaban en el cielo "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra Paz, buena voluntad para con los hombres".
De esta manera los pastores llegaron establo y se encontraron con María, José y un bebé muy especial envuelto en sencillas mantas en una cunita hecha de paja, tal cual se lo había descrito el ángel.
Los pastores se arrodillaron ante el niño y lo adoraron, le contaron a María y a José lo que les había ocurrido aquella noche, y el anuncio del ángel.
María escuchaba estas palabras con atención, mientras se fortalecía pensando que Dios estaba dirigiendo todas las cosas. Ella sabía perfectamente donde se encontraba su hijo y a pesar de que estuviera en un humilde pesebre Dios los acompañaba.

De esta manera, Jesús, el libertador que el pueblo de Israel había esperado durante tanto tiempo, nació en un establo, muy lejos del brillo de los grandes palacios y los festejos que comúnmente rodeaban el nacimiento de un rey.

viernes, 17 de diciembre de 2010

TEOFANES EGIDO ESCRIBE SOBRE SAN JOSÉ


"No ha sido fácil el reconocimiento de san José en la Iglesia, y la mirada hacia su historia resulta, cuando menos, desconcertante pero también comprensible.Los evangelios, el de Mateo y el de Lucas, contra lo que suele afirmarse con cierta carga de ironía a veces, no hablan tan poco de José, de quien, en contraste, no registran ni una sola palabra: tiene su anunciación, cree y actúa con la eficacia de su silencio en la responsabilidad de esposo de María y padre singular de Jesús, de custodio del Redentor. Porque, a pesar de las inercias de tantos teólogos, de bastantes mariólogos (no de todos), resulta que el misterio de la Encarnación aconteció, conforme al proyecto divino, por mediación de María, pero no solitaria sino desposada ya con José, compañero y protagonista en la vida oculta de Jesús.


Decía que es perfectamente comprensible el silencio y hasta el cúmulo de deformaciones que se cernieron sobre esta figura silenciosa en el tiempo posterior a la catequesis evangélica. Era preciso salvaguardar el valor, tan estimado, de la virginidad de María y defenderla frente a los ataques de herejías agresivas. La salvaron a la perfección, y mirando a los datos evangélicos, padres de la Iglesia como san Justino, san Agustín, san Jerónimo, san Juan Crisóstomo. Otros, sin embargo, se dejaron seducir por las fantasías de los apócrifos, que se acogieron al recurso de convertir al esposo de María en viejo, muy viejo, y en viudo con hijos habidos en matrimonios anteriores. Y esta percepción de José ancianísimo fue la que se impuso durante siglos a lo largo de la edad media.La literatura popular, los sermones, la iconografía en sus variadas expresiones medievales, fueron los transmisores y son testigos de aquellas representaciones de san José tan viejo, aislado y de espaldas al nacimiento, en papeles secundarios cuando no casi ridículos de portar un farol, de hacer sopas o, lo más frecuente y significativo, de estar de espaldas o dormido tan tranquilo y tan ajeno al misterio de alegría bulliciosa en aquel espacio animado de la navidad.


El redescubrimiento de san José se produjo con el retorno al evangelio reclamado y realizado por los humanistas a partir del siglo XV. El precursor reconocido fue el canciller de Paris, Juan Gerson, encariñado con la misión y con la figura de José, con su paternidad singular, con el matrimonio con María, escritor del poema encendido de la Josefina, empeñado en conseguir la celebración de la fiesta de los desposorios, y empeñado con más denuedo, si cabe, en cambiar la imagen de un José viejo por la más acorde con su misión de esposo y padre, es decir, la de José joven y, añadía, hermoso.El autorizado canciller, que tanto influjo ejerció en la espiritualidad posterior, lo ejerció también en este particular aspecto de la figura, de la devoción, del culto, creciente a partir de entonces (eran los tiempos del concilio de Constanza, por 1416) y aunque la eclosión tuviera que esperar al manifiesto de santa Teresa, recogido todo ello y expresado en libros, en sermones entusiastas, en pinturas llenas de ternura como las del Greco o Zurbarán, en tallas rebosantes de fortaleza como las de Berruguete, de Gregorio Fernández y del barroco español. La presencia de san José se hizo realidad en la Iglesia, en la devoción del pueblo, en tratados de teólogos, en la literatura religiosa, en el culto y en la liturgia.


Como expresión del fervor, su fiesta se hizo universal en el siglo XVII, fue proclamado patrono de obispados, de países, de órdenes religiosas y, por Pío IX en 1870, de la Iglesia universal. Eran tiempos necesitados de la protección de san José, como lo eran, por otros motivos, aquellos en los que el Papa León XIII publicó la única encíclica josefina (Quamquam pluries, 1889). Ya en el siglo XX, Juan XXIII, tan devoto del Santo, incluyó su nombre en la plegaria litúrgica (en el canon) de la misa.Después del concilio Vaticano II (¿quién recuerda que Juan XXIII proclamó al esposo de María velador especial del concilio?) san José no se libró de la crisis general que hoy se refleja en olvidos pero también en recuerdos, en la renovación de su teología, en congresos, en centros y publicaciones dedicados a su estudio y animados por la hermosa y profunda exhortación apostólica Redemptoris Custos de Juan Pablo II."


(Teofanes Egido)

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Padre terreno


Su fe era tal que no albergó dudas o incertidumbres, fue a donde Dios lo enviaba, con su carga, con sus tesoros constituidos por una delgada madre y un recién nacido que luego se fue haciendo niño. Como padre, no se opuso, sino que, conociendo la Divina Voluntad, cuidó, acompañó y, en su ãnimo ardiente, bendijo a su Hijo, a fin de que anunciara la Palabra y se cumplieran en el mundo los designios del Padre.

Fue un trabajador modelo, un ejemplo admirable. Llevó a la familia sobre un navío certero y supo guiarla hacia playas y puertos seguros, incluso cuando las aguas eran tumultuosas. Supo ser un digno compañero de su esposa y se amaron con sentimientos tan puros que encantaron a los Ángeles del cielo.

¡Oh Vosotros, padres!, extraed enseñanza de este hombre que supo construir una familia humana. Aplicó a ella todas las virtudes de que era capaz con su alma ardiente de amor. Solo el amor y la fe le permitieron, en el camino de su vida, superar notables obstáculos y ofrecer tanta delicadeza humana a su alegre niño que tanto adoraba.

domingo, 28 de noviembre de 2010


El Santo Ángel cuenta con una nueva imagen de San José para el paso de Santa Teresa desde noviembre de 2007, que ha realizado el joven imaginero David Valenciano.

Se trata de una hermosa imagen de unos 80 cms. de altura, que muestra al Patriarca en actitud de dar un paso hacia adelante. La imagen va delante en el paso de Santa Teresa, de ahí esa actitud que el escultor David Valenciano ha estudiado. Lleva en su mano izquierda a un simpático Niño Jesús, que como queriendo bajarse del regazo acapara nuestra atención.

El rostro de San José es de gran belleza y representado muy joven. Lleva el manto anudado en torno a un pequeño medallón con el escudo de la Orden y con un cordón natural.

En la mano derecha porta una vara florida. Va estofado en la túnica con motivos florales, y con detalles como el escudo de la Orden, en el pecho el anagrama de la antigua Esclavitud de San José que tenía su sede en el Santo Ángel y que está en una hoja del libro de Cabildos de dicha esclavitud que se guarda en el archivo carmelitano.

Otro detalle carmelitano es el escapulario antiguo que lleva el Niño en sus manos. Lleva numerosos detalles muy cuidados como aplicaciones de orfebrería en las sandalias. El escultor David Valenciano ha acertado con esta obra dotada de movimiento y belleza. La imagen irá colocada en el nuevo retablo que se está levantando para Santa Teresa.


fuente: sevillainformacion.org

martes, 23 de noviembre de 2010

San José obrero...


Oración con la que el papa Juan XXIII terminaba su alocución en la fiesta del año 1959:

" ¡Oh glorioso San José, que velaste tu incomparable y real dignidad de guardián de Jesús y de la Virgen María bajo la humilde apariencia de artesano, y con tu trabajo sustentaste sus vidas, protege con amable poder a los hijos que te están especialmente confiados!

"Tú conoces sus angustias y sus sufrimientos porque tú mismo los probaste al lado de Jesús y de su Madre. No permitas que, oprimidos por tantas preocupaciones, olviden el fin para el que fueron creados por Dios; no dejes que los gérmenes de la desconfianza se adueñen de sus almas inmortales. Recuerda a todos los trabajadores que en los campos, en las oficinas, en las minas, en los laboratorios de la ciencia no están solos para trabajar, gozar y servir, sino que junto a ellos está Jesús con María, Madre suya y nuestra, para sostenerlos, para enjugar el sudor, para mitigar sus fatigas. Enséñales a hacer del trabajo, como hiciste tú, un instrumento altísimo de santificación".

sábado, 13 de noviembre de 2010

Dios añadirá


En hebreo el nombre de José significa: Dios añadirá. Le viene muy bien este nombre a San José. Responde realmente a vida. El Señor añadió a su vida la de Jesús y la de María. Con ellos san José vivió con plenitud, siendo a la vez, su vida, muy normal. Su papel en los planes de Dios fue clave. El Señor pudo salvar a los hombres, en parte, por la vida ordinaria del padre de Jesús.
Éste es el criado fiel y solícito a quien el Señor ha puesto al frente de su familia.
Es difícil de creer, así, a simple vista, que la redención se inició con la vida corriente de una familia, y en un sitio tan poco importante como Nazaret.

San José era el cabeza de esa Familia. Su vida fue como la de tantos millones de hombres. Las mismas costumbres que sus vecinos, comerían lo mismo, hablarían de muchas cosas comunes, etc. Trabajaba, como cualquiera, para sacar adelante a los suyos. Era un padre de familia como tantos otros. No vio los milagros que hizo Jesús. Tampoco supo de las muchedumbres que le seguirían.
Sus evidencias para saber que Dios estaba salvando a la humanidad eran el ruido de un serrucho, el trabajo acabado y bien hecho, el orden en su taller, las preguntas que le hacía Jesús para saber cortar bien una pieza, o la voz de María diciéndoles que fueran a comer...
Del Señor escucharía que se portaba estupendamente, que era piadoso, amigo de sus amigos, servicial con todos, etc. San José estaba orgulloso de Jesús.
No había nada de espectacular o de sobrenatural, en el sentido de que sucediera algo que diera de que hablar más allá del ambiente de Nazaret. Tampoco san José esperaba que ocurriera nada de eso.
Y, sin embargo, nunca dudó de la grandeza de su misión. Hizo lo que Dios le pidió, por eso el Señor añadió tanto.


sábado, 6 de noviembre de 2010


San José ha renunciado a entender y ha aceptado de creer, ha renunciado a mandar y ha aceptado obedecer. Sin embargo, creyendo, se ha dejado dirigir por el Señor y Él lo ha introducido en un modo particularmente íntimo en el misterio de la encarnación y de la salvación.

San José, este amable patrono de la vida espiritual, nos ayuda a estar siempre ante el corazón y los ojos de Dios y olvidarnos de nosotros mismos, porque en ese desaparecer a los ojos de todos y a nuestros ojos, nos perderemos en el humilde y silencioso corazón del único Dios y Señor nuestro.

sábado, 30 de octubre de 2010


Oración: Dichoso Patriarca San José, elegido para cumplir los oficios de padre cerca del Verbo Humanado. Grande fue tu dolor al ver nacido a Jesús en tan extrema pobreza, pero este dolor se cambió en gozo celestial al oír los cantos de los ángeles y contemplar el resplandor de aquella luminosa noche. Por este dolor y gozo, te suplicamos nos alcances la gracia de que, después de haber seguido nuestro camino en la tierra, podamos oír las alabanzas angélicas y gozar de la vista de la gloria celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

domingo, 24 de octubre de 2010

Luz de los patriarcas

José, "siendo hombre justo" (Mt 1, 19), obedece al Señor y entra concientemente en el misterio de la Redención. "De este misterio Divino José es, junto a María, el primer depositario" (Redemptoris Custos).
Estando cerca el nacimiento de Jesús, para obedecer a una ley imperial de empadronamiento, José y María van a Belén.
En un momento tan importante de la Redención, cual es el nacimiento de Jesús, no podía estar ausente el que el Padre había escogido como un representante, José el esposo de María. (R. C., 12).

martes, 12 de octubre de 2010


Si no todas las fundaciones de la Madre Teresa llevan el título de San José, no hay ninguna donde no esté presidiendo y amparando la imagen de San José. Es una manifestación más de su devoción y experiencia josefina el ir sembrando por sus conventos imágenes de San José, la mayoría de las cuales se conservan todavía.

Es notable, a este respecto, el dato que llevaba consigo en todas sus fundaciones una imagen de bulto de San José, que recibía el título de "San José del Patrocinio", y, cuando el P. Pedro Fernández la nombró Priora del convento de la Encarnación en 1571, y ella supo de la terrible negativa de la mayoría de las monjas para recibirla, llevó consigo esta imagen y el día de la toma de posesión, al tiempo que colocaba la imagen de la Virgen en la silla prioral, la acomodó en la silla subprioral; esta imagen luego le parlaría todo lo que las monjas hacían, que por eso se le llamó el Parlero, y de tanto hablar quedó con la boca abierta milagrosamente.

En la fundación de Burgos, el médico Antonio Aguiar, amigo del P.Gracián, hace notar cómo, al no encontrar una imagen del Santo, reparaba por mano de un pintor un santo antiguo para que representase a San José. Como no quiere que falte mucho tiempo la imagen de San José en ninguno de sus conventos, son las casas de su padre y señor, recuerda a Diego de Ortiz, fundador del convento de Toledo, "no se descuide tanto de poner a mi señor San José en la puerta de la iglesia.

domingo, 3 de octubre de 2010

LOS SUEÑOS DE JOSÉ

Nuestro santo tuvo unos sueños muy impresionantes, en los cuales recibió importantísimos mensajes del cielo.

En su primer sueño, en Nazaret,
un ángel le contó que el hijo que iba a tener María era obra del Espíritu Santo y que podía casarse tranquilamente con Ella, que era totalmente fiel. Tranquilizando con ese mensaje, José celebró sus bodas.

La leyenda cuenta que doce jóvenes pretendían casarse con María, y que cada uno llevaba en su mano un bastón de madera muy seca. Y que en el momento en que María debía escoger entre los 12, he aquí que el bastón que José llevaba milagrosamente floreció. Por eso pintan a este santo con un bastón florecido en su mano.



En su segundo sueño en Belén,
un ángel le comunicó que Herodes buscaba al Niño Jesús para matarlo, y que debía salir huyendo a Egipto. José se levantó a medianoche y con María y el Niño se fue hacia Egipto.

En su tercer sueño en Egipto,
el ángel le comunicó que ya había muerto Herodes y que podían volver a Israel. Entonces José, su esposa y el Niño volvieron a Nazaret.

domingo, 19 de septiembre de 2010


"No ha sido fácil el reconocimiento de san José en la Iglesia, y la mirada hacia su historia resulta, cuando menos, desconcertante pero también comprensible.Los evangelios, el de Mateo y el de Lucas, contra lo que suele afirmarse con cierta carga de ironía a veces, no hablan tan poco de José, de quien, en contraste, no registran ni una sola palabra: tiene su anunciación, cree y actúa con la eficacia de su silencio en la responsabilidad de esposo de María y padre singular de Jesús, de custodio del Redentor.

Porque, a pesar de las inercias de tantos teólogos, de bastantes mariólogos (no de todos), resulta que el misterio de la Encarnación aconteció, conforme al proyecto divino, por mediación de María, pero no solitaria sino desposada ya con José, compañero y protagonista en la vida oculta de Jesús.Decía que es perfectamente comprensible el silencio y hasta el cúmulo de deformaciones que se cernieron sobre esta figura silenciosa en el tiempo posterior a la catequesis evangélica. Era preciso salvaguardar el valor, tan estimado, de la virginidad de María y defenderla frente a los ataques de herejías agresivas.

La salvaron a la perfección, y mirando a los datos evangélicos, padres de la Iglesia como san Justino, san Agustín, san Jerónimo, san Juan Crisóstomo. Otros, sin embargo, se dejaron seducir por las fantasías de los apócrifos, que se acogieron al recurso de convertir al esposo de María en viejo, muy viejo, y en viudo con hijos habidos en matrimonios anteriores.

Y esta percepción de José ancianísimo fue la que se impuso durante siglos a lo largo de la edad media.La literatura popular, los sermones, la iconografía en sus variadas expresiones medievales, fueron los transmisores y son testigos de aquellas representaciones de san José tan viejo, aislado y de espaldas al nacimiento, en papeles secundarios cuando no casi ridículos de portar un farol, de hacer sopas o, lo más frecuente y significativo, de estar de espaldas o dormido tan tranquilo y tan ajeno al misterio de alegría bulliciosa en aquel espacio animado de la navidad.

El redescubrimiento de san José se produjo con el retorno al evangelio reclamado y realizado por los humanistas a partir del siglo XV. El precursor reconocido fue el canciller de Paris, Juan Gerson, encariñado con la misión y con la figura de José, con su paternidad singular, con el matrimonio con María, escritor del poema encendido de la Josefina, empeñado en conseguir la celebración de la fiesta de los desposorios, y empeñado con más denuedo, si cabe, en cambiar la imagen de un José viejo por la más acorde con su misión de esposo y padre, es decir, la de José joven y, añadía, hermoso.

El autorizado canciller, que tanto influjo ejerció en la espiritualidad posterior, lo ejerció también en este particular aspecto de la figura, de la devoción, del culto, creciente a partir de entonces (eran los tiempos del concilio de Constanza, por 1416) y aunque la eclosión tuviera que esperar al manifiesto de santa Teresa, recogido todo ello y expresado en libros, en sermones entusiastas, en pinturas llenas de ternura como las del Greco o Zurbarán, en tallas rebosantes de fortaleza como las de Berruguete, de Gregorio Fernández y del barroco español. La presencia de san José se hizo realidad en la Iglesia, en la devoción del pueblo, en tratados de teólogos, en la literatura religiosa, en el culto y en la liturgia.

Como expresión del fervor, su fiesta se hizo universal en el siglo XVII, fue proclamado patrono de obispados, de países, de órdenes religiosas y, por Pío IX en 1870, de la Iglesia universal. Eran tiempos necesitados de la protección de san José, como lo eran, por otros motivos, aquellos en los que el Papa León XIII publicó la única encíclica josefina (Quamquam pluries, 1889). Ya en el siglo XX, Juan XXIII, tan devoto del Santo, incluyó su nombre en la plegaria litúrgica (en el canon) de la misa.

Después del concilio Vaticano II (¿quién recuerda que Juan XXIII proclamó al esposo de María velador especial del concilio?) san José no se libró de la crisis general que hoy se refleja en olvidos pero también en recuerdos, en la renovación de su teología, en congresos, en centros y publicaciones dedicados a su estudio y animados por la hermosa y profunda exhortación apostólica Redemptoris Custos de Juan Pablo II."


Dr.Teofanes Egido

sábado, 11 de septiembre de 2010


San Alfonso María de Ligorio nos hace reflexionar: "¿Cuánto no es también de creer aumentase la santidad de José el trato familiar que tuvo con Jesucristo en el tiempo que vivieron juntos?" José durante esos treinta años fue el mejor amigo, el compañero de trabajo con quién Jesús conversaba y oraba. José escuchaba las palabras de Vida Eterna de Jesús, observaba su ejemplo de perfecta humildad, de paciencia, y de obediencia, aceptaba siempre la ayuda servicial de Jesús en los quehaceres y responsabilidades diarios. Por todo esto, no podemos dudar que mientras José vivió en la compañía de Jesús, creció tanto en méritos y santificación que aventajó a todos los santos.

martes, 7 de septiembre de 2010

Modelo de oración.

San José es modelo de oración. La oración de San José es la oración contemplativa, la del amigo predilecto de Dios. Sabe tratar de amistad permaneciendo a solas en la presencia de Dios, adorando el Misterio. Permanece a la escucha de la Palabra revelada, la acoge en su corazón y la traduce en obras. La oración sella el estilo de su vida. Se deja amar por Dios y se entrega a sus exigencias para dar testimonio del amor.

Por ello, San José viene a ser como el maestro, el formador y el modelo de la oración para el cristiano.

sábado, 7 de agosto de 2010


El nombre de San José será con frecuencia invocado en situaciones de conflicto armado como cuando en 1695 la población de Turín decide encomendarse al santo en medio del asedio francés o cuando en 1488 los habitantes de Novara consiguen la victoria sobre sus sitiadores savoyanos tras haberse puesto en manos de San José. Del mismo modo, la Biblioteca Nacional de Madrid conserva la traducción castellana de unos Honores tributados a San Joseph por la Iglesia Catedral y ciudad de Toul en cuyo original francés –fechado en 1650- se invoca a San José como “príncipe de la Paz” rogando por el fin de los conflictos que asolaban Francia por aquellos años. Ahora bien, si en algún momento se recurrió de manera especial al auxilio de San José, fue en aquellas circunstancias en las que el enemigo a batir supuso una amenaza para la fe católica. Por esta razón, San José adquiere un protagonismo destacado en el contexto de las llamadas “guerras de religión”. Es el caso de la “Guerra de los 30 años” tras cuyo final Fernando III de Habsburgo consagra el imperio austriaco a San José en agradecimiento por la victoria.

Fuente IX Congreso de Josefología , Polonia

domingo, 25 de julio de 2010

El Taller de Nazareth


¿Que encontramos en el taller de Nazaret? La figura de la sabiduría y de la bondad del artesano. Ahí encontramos la labor y la creatividad del artesano. El amor y la sagacidad creativa del artesano que sabe cómo rehacer lo maltrecho, que encuentra caminos para resolver lo difícil, ajustar lo desajustado. En el taller entra la materia informe y sale modelada, transformada. Un taller es un lugar donde lo inútil se vuelve útil, lo afeado hermoso, lo escacharrado logra funcionar. Al artesano lo envuelve una especial sabiduría. Para él no hay nada imposible. Está aliado, cordialmente aliado con aquello que cae en sus manos.

Si partimos de esa experiencia en la figura de San José y su hijo Jesús, podemos encontrar el modelo de trabajo, diálogo, comunicación y acción, como expresiones que ayudaron en la formación de Jesús que, al asumir un compromiso con la misión que le encomendó el Padre del Cielo, debía pasar por un proceso de formación, donde la figura del artesano, no sólo, lo formó para los quehaceres artesanales, sino también para la experiencia afectiva y volitiva de la vida. Esa ha de ser la experiencia de todo padre de familia en su labor formativa con los hijos y en su realidad familiar, como el que da la cara por la realidad que le corresponde formar y conformar, con la colaboración y buena labor de su amada esposa.

jueves, 15 de julio de 2010


Juan XXIII, en el año 1962, enseña: «San José, ilustre descendiente de David, luz de los Patriarcas, esposo de la Madre de Dios, guardián de su virginidad, padre nutricio del Hijo de Dios, vigilante defensor de Cristo, Jefe de la Sagrada Familia; fue justísimo, castísimo, prudentísimo, fortísimo, muy obediente, fidelísimo, espejo de paciencia, amante de la pobreza, modelo de obreros, honor de la vida doméstica, guardián de las vírgenes, sostén de las familias, consolación de los desgraciados, esperanza de los enfermos, patrono de los moribundos, terror de los demonios, protector de la Iglesia Santa. Nadie es tan grande después de la Virgen María".
La razón de esta preminencia está en la plenitud de gracia recibida por San José, proporcionada a su misión de padre nutricio de Jesús, puesto que fue directa e inmediatamente elegido por el mismo Dios para esta misión única en el mundo. La misión de San José, en efecto, supera el orden mismo de la gracia y linda con el orden hipostático constituido por el misterio mismo de la Encarnación.


"La Iglesia entera reconoce en San José a su protector y patrono. A lo largo de los siglos se ha hablado de él, subrayando diversos aspectos de su vida, continuamente fiel a la misión que Dios le había confiado. Por eso, desde hace muchos años, me gusta invocarle con el título entrañable: Nuestro Padre y Señor». Las virtudes de San José señaladas por Juan XXIII son un espléndido modelo propuesto para nuestra imitación. "Nuestro Padre y Señor San José es Maestro de la vida interior.-Ponte bajo su patrocinio y sentirás la eficacia de su poder".


Instituto Tomás Moro en Asunción, Paraguay

jueves, 8 de julio de 2010

San José, patrono de los moribundos


Hay tres razones por las cuales San José es el patrono especial de los moribundos:

1) Él es el padre adoptivo del Juez Eterno, que no le puede negar

2) Es terrible a los demonios, la Iglesia lo llama
el El terror de los demonios y Conquistador del Infierno.

3) Su propia muerte fue más hermosa, ya que murió en los brazos
de Jesús y María, esta es la razón principal por la cual él es el
patrón de una buena muerte, la muerte de ningún otro santo fue tan feliz, tan glorioso.

San Francisco de Sales fue de la opinión de que
San José murió con el amor de Dios.

martes, 29 de junio de 2010


Oh San José Glorioso, modelo de todo los que son dedicados para trabajar, obtener para mí la gracia de trabajar en el espíritu de penitencia en expiación de mis muchos pecados; trabajar a conciencia colocando el amor del deber encima de mis inclinaciones; con gratitud, alegremente considérelo un honor de emplear y desarrollar por el trabajo los regalos que tengo recibidos de Dios, para trabajar metódicamente, plácidamente, y en moderación y paciencia, si alguna vez para no tener valor para ello por cansancio o dificultad de trabajar; encima de todo, con pureza de intención y desinteresado, teniendo sin cesar antes mi mira la muerte y la cuenta tengo que dar el tiempo perdido, talentos no usados, no autocomplacencia hecha, y vana en éxito, tan pernicioso al trabajo de Dios. Todo para Jesús, ¡todo para María, todo para imitarte, Patriarca Oh San José!

miércoles, 23 de junio de 2010


En el siglo XV, merecen particular mención como devotos de San José los santos Vicente Ferrer (m. 1419), Pedro d`Ailli (m. 1420), Bernadino de Siena (m. 1444) y Jehan Gerson (m. 1429). Finalmente, durante el pontificado de Sixto IV (1471 - 84), San José se introdujo en el calendario Romano en el 19 de Marzo. Desde entonces su devoción ha seguido creciendo en popularidad. En 1621 Gregorio XV la elevó a fiesta de obligación. Benedicto XIII introdujo a San José en la letanía de los santos en 1726. San Bernardino de Siena "... siendo María la dispensadora de las gracias que Dios concede a los hombres, ¿con cuánta profusión no es de creer que enriqueciese de ella a su esposo San José, a quién tanto amaba, y del que era respectivamente amada? " Y así, José crecía en virtud y en amor para su esposa y su Hijo, a quién cargaba en brazos en los principios, luego enseñó su oficio y con quién convivió durante treinta años.

carmelitasvalladolid.es

miércoles, 16 de junio de 2010


La devoción a San José se fundamenta en que este hombre "justo" fue escogido por Dios para ser el esposo de María Santísima y hacer las veces de padre de Jesús en la tierra. Durante los primeros siglos de la Iglesia la veneración se dirigía principalmente a los mártires. Quizás se veneraba poco a San José para enfatizar la paternidad divina de Jesús. Pero, así todo, los Padres (San Agustín, San Jerónimo y San Juan Crisóstomo, entre otros), ya nos hablan de San José. Según San Callistus, esta devoción comenzó en el Oriente donde existe desde el siglo IV, relata también que la gran basílica construida en Belén por Santa Elena había un hermoso oratorio dedicado a nuestro santo. San Pedro Crisólogo: "José fue un hombre perfecto, que posee todo género de virtudes" El nombre de José en hebreo significa "el que va en aumento. "Y así se desarrollaba el carácter de José, crecía "de virtud en virtud" hasta llegar a una excelsa santidad.


Monasterio del Corazón de Jesús y San José

domingo, 13 de junio de 2010


La casa de San José tiene, como todas las de la gente pobre de Palestina, una sola habitación que es cocina, comedor y dormitorio. Tiene un molino de mano, un hornillo de barro para cocer el pan, un arcón para guardar los vestidos, una mesa, una lámpara de aceite, unas esteras para dormir, y pocas cosas más. Todo pobre, pero limpio y ordenado, que por algo son las manos de María las que cuidan del hogar. Een el exterior, una escalera adosada a la pared que conduce a la azotea. Este es el lugar de descanso de la Sagrada Familia al anochecer, donde en verano goza de la fresca brisa del Mediterráneo, y rezan vueltos hacia Jerusalén (Dn 6,11). El taller de José está en un pequeño patio con su "parra y su higuera" tradicionales (l Re 5,5). José va vestido con una túnica ceñida con un cinturón; calza unas sencillas sandalias, y cubre su cabeza con el kuffiyéh, un velo sujeto con dos vueltas de un cordón negro. Se casó joven, con algún año más que Maria, que tendría unos dieciséis. Maneja con vigor la sierra y la garlopa. Por todas parte hay tablones de sicómoro, arcas, yugos y arados recién terminados. Mientras José trabaja, canta y reza, feliz de ganar con el sudor de su frente el pan para sus dos grandes amores: Jesús y María.

miércoles, 9 de junio de 2010

Divina Revelación


San José nació en Belén, ciudad natal de David, uno de sus ilustres antepasados, alrededor del año 20 a. C. Pero, como se ha dicho, en tiempos de la Anunciación, ya se hallaba afincado en Nazareth. Por entonces, se lo conocía como modelo de virtud, castidad, honestidad y bondad. A él se dirigió el Ángel enviado por Dios cuando sometido a tremenda prueba de Fe, se hallaba en la disyuntiva de ver si repudiaba a su esposa o no. “José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús, pues Él ha de salvar a su pueblo de sus pecados” (Mt. 1, 20) (3).

sábado, 5 de junio de 2010

Glorioso patriarca


San José, justo entre los justos, es el Padre de la Iglesia Católica y jefe indiscutido de la Sagrada Familia. Figura patriarcal del Evangelio es símbolo de protección, ejemplo de firmeza y personificación de bondad y seguridad. Después de su Esposa, fue el primero en escuchar el anuncio de la venida del Mesías; él guió al Señor y su Madre a Egipto, escapando de la persecución de Herodes, y él les dio resguardo mientras Dios hecho Hombre aguardaba el momento de iniciar su vida pública.

Al hablar de la infancia de Nuestro Señor Jesucristo, San Mateo se refiere a San José como descendiente de David. El evangelista alude a su genealogía remontándola no solo hasta el gran rey sino al mismo patriarca Abraham, padre de naciones.

fuente: cruzadadelrosario.org

miércoles, 2 de junio de 2010

ALABANZA DEL SIGLO XV



"Alabanzas de gloria al Señor
canta el alma del casto Jose
Que del mundo nutrió al Salvador
su custodio santisimo fue.

Porque ya desde el vientre materno
fue escogido por Dio sentre mil
Nazareno florido al Eterno
consagrado, Jesús, para tí;
y elevó a tan excelsa grandeza
sus virtudes la diestra inmortal,
que ni Dios desdeñó su pureza,
ni la Madre de Dios virginnal."


Viso del oficio carmelitano para la fiesta de San Jose
(el mas antiguo)

lunes, 31 de mayo de 2010

"Es Jesús, el hijo de José de Nazareth" .Jn 1,45.


Tu hijo, José, esposo de María.

Ese pequeñin, Hijo del Padre Eterno, confiado a tu cuidado junto con su Madre.

El que dio sus primeros pasitos asido de tus dedos índices, ásperos por tu trabajo.

El que te acompañó en tu taller, mientras aprendía el oficio orando en silencio a su Abbá.

En la celebración del Pésaj, a Él le relatabas la historia del pueblo de Israel, en la mesa que María había preparado con esmero y de acuerdo a la tradición.

Por eso hoy te pido, bendito José, toma este tosco tronco de cedro que soy, ponme sobre tu banco de carpintero y cepíllame para quitar las rugosidades de la cáscara, pasa la lija para quitar astillas, usa la garlopa, la gubia y martilla el corazón dándole la forma adecuada a las necesidades de Jesús, y luego preséntame a Él para que use esta herramienta.

Él la hará perfecta, porque aprendió de tí el oficio.
José de Nazareth, carpintero, esposo de María, padre de Jesús...


Por Anawin de Jesus

domingo, 30 de mayo de 2010

PLEGARIA


Salve amado nuestro, Padre San José,
intercede por nosotros y por todos los hombres.
Ante mis dificultades, ayúdame.
De los enemigos del alma, sálvame.
En mis desaciertos, ilúminame.
En mis dudas y penas, confortame.
En mis enfermedades, fortáleceme.
Cuando me desprecien, anímame.
De las tentaciones , defiéndeme.
En las horas difíciles, consuélame.
Con tu corazon paternal, ámame.
Con tu inmenso poder, protégeme.
Y al expirar, recíbeme en tus brazos
¡AMEN!

viernes, 28 de mayo de 2010

"Padre y señor"



"Es un dato historico que en el culto a la Virgen Maria y a San Jose se adelantaron las iglesias de Oriente a las de Occidente. Como el Carmelo es la unica Orden religiosa que vino del oriente, a ella se debe en gran parte la propagacion de estos dos cultos en la Iglesia Latina. Con lo cual ha hecho unbien espiritual inmenso a las almas. Sólo por esto merece existir el Carmelo hasta la consumacion de los siglos, como sucederá segun se lo reveló a la Santisima Virgen al gran carmelita San Pedro Tomas, Patriarca de Constantinopla. Si la orden carmelitana tiene esta gloria en cuanto al origen del culto josefino, la tiene aún mayor por el incremento que le dio Santa Teresa, continuado por sus hijos e hijas, quienes proclaman gozosos con su Sta Madre: " San Jose es mi verdadero padre y señor". Por esto es protector especialisimo del Carmelo Teresiano desde sus orígenes"

Desierto de San Jose
de PP Carmelitas Descalzos
Batuecas -Salamanca-

jueves, 27 de mayo de 2010

Devocion de Teresa


Así la santa madre, tenia alta devocion por el padre adoptivo de Jesús.

Su amor y devoción por San José se traslucía en todos sus trabajos y actos. Pero Sta Teresa de Avila no fue la única que amo profundamente a San José. Muchos de los grandes santos se cobijaron a la sombra de la paternal protección del santo más grande de todos: Sta. Teresita de Liseux, San Juan de la Cruz, San Francisco de Sales y una larga lista de santos y santas que encontraron en él un modelo digno de imitación.

San José, conocido como el "santo del silencio" es un ejemplo y un modelo de vida a seguir. En él, observamos las virtudes de la castidad, la pureza, la templanza y la humildad, entre otras. El es el modelo de esposo, padre, guia y amigo ejemplar.