San José nació en Belén, ciudad natal de David, uno de sus ilustres antepasados, alrededor del año 20 a. C. Pero, como se ha dicho, en tiempos de la Anunciación, ya se hallaba afincado en Nazareth. Por entonces, se lo conocía como modelo de virtud, castidad, honestidad y bondad. A él se dirigió el Ángel enviado por Dios cuando sometido a tremenda prueba de Fe, se hallaba en la disyuntiva de ver si repudiaba a su esposa o no. “José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús, pues Él ha de salvar a su pueblo de sus pecados” (Mt. 1, 20) (3).
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