Es estupendo este ejemplo de San José que, siendo también jefe de familia, está simplemente a su servicio con una familiaridad hecha de abandono y de continua entrega. San José no mide la vida de Jesús y de la Virgen sobre sus propias exigencias, sino que pone su vida al servicio de ellos. No parte para Egipto cuando es cómodo para él sino cuando el interés de Jesús lo requiere.
Hola, San José el gran desconocido.
ResponderEliminarMe ha gustado su bloger.
Saludos.